TODA CLASE DE PIELES 2.0

TODA CLASE DE PIELES

En el anterior post no había adaptado el cuento “Toda clase de pieles” que contó Irune, sino que había adaptado “El hombre de la piel de oso”, por lo que he repetido la actividad.

Teníamos que adaptar el cuento folcrórico para la etapa de Educación Infantil, así que acomodaros en vuestros asientos que comienza el viaje.

TODA CLASE DE PIELES

Erase una vez un matrimonio de reyes muy mayores muy mayores que vivían en el reino con más animales del mundo. Los reyes eran muy felices porque tenían muchas tierras, animales y dinero, pero no tenían un hijo varón que heredase el reino, sino que tenían una dulce y preciosa princesa que aún era muy pequeña.

La princesa Luna vivía feliz en palacio, allí tenía todo lo que deseaba: jardines grandes y llenos de plantas donde jugar, una habitación llena de juguetes, criados que la querían y cuidaban… ¡hasta tenía un caballo para ella sola! Pero lo más importante era que en palacio vivía también Max, el hijo de unos criados que era su mejor amigo. Se pasaban el día juntos inventándose aventuras por las cocinas y jardines de palacio, jugando a todo tipo de juegos y aprendiendo juntos con la maestra de palacio.

Pero, al llegar el decimosexto cumpleaños de la princesa, los reyes comenzaron a preocuparse ya que debían casar a la princesa antes de que fuese demasiado tarde, si no el reino quedaría sin reyes. Pensaron que deberían casarla con el príncipe del reino de al lado para que así estuviese casada con otro príncipe y así, además, unirían los dos reinos para formar uno muy grande.

Cuando le comentaron a la princesa lo que pensaban hacer, ésta se puso muy triste porque no quería casarse con ese príncipe que no sabía nada y sólo se dedicaba a cazar animales, pero no pudo hacer nada porque era lo que sus padres querían. Pensaron que el mejor regalo de bodas que podían hacerle al futuro rey, era el abrigo de toda clase de pieles del rey, que había pasado de rey en rey desde hacía 100 años. Era un abrigo muy especial ya que estaba hecho con la piel de todos los tipos de animales del reino, que eran más de 1000.

Y, dicho y hecho, el rey y la reina se montaron en la carroza y se fueron al otro reino para fijar la fecha para el matrimonio. Mientras tanto, los criados debían limpiar el palacio y arreglar el abrigo de toda clase de pieles limpiándolo y colocándolo en una gran caja de cristal para que se viese bien lo grande, bonito y brillante que era.

Pero la princesa Luna estaba muy triste y no paraba de llorar mientras paseaba por el palacio, así que Max estaba muy preocupado por ella. Después de pensar y pensar, se le ocurrió una idea que fue corriendo a contar a Luna.

- Luna- dijo Max- debes huir de palacio para no casarte con él.

- No puedo- contestó la princesa llorando- nunca he salido de palacio, no sabría dónde ir.

- No te preocupes- contestó Max- yo me iré contigo. Nunca nos hemos separado y no quiero alejarme de ti.

- ¿De verdad?, no puedo pedirte eso, si me voy no puedo volver- dijo Luna.

- Ya, si nos vamos no podemos volver, pero si estamos juntos no nos pasará nada- contestó Max- debemos coger el abrigo de toda clase de pieles para taparnos y salir ésta noche de palacio atravesando el bosque.

Y así hicieron, tapados con el abrigo de toda clase de pieles esa misma noche salieron de palacio y atravesaron el bosque. Caminaron durante días para alejarse lo más posible del reino y que así nadie pudiese reconocerles.

Pasaron un montón de días atravesando oscuros y tenebrosos bosques, llenos de animales salvajes, pero por suerte iban tapados con el abrigo de toda clase de pieles, por lo que los animales se pensaban que eran otros animales del bosque y no se acercaban a ellos.

Luna y Max estaban ya muy cansados y completamente sucios, y los pobres no sabían qué hacer. Llevaban días casi sin comer y bebiendo agua del río, por lo que estaban ya muy débiles. Aunque estaban juntos y eran muy buenos amigos, lo estaban pasando mal.

Cuando estaban a punto de dar media vuelta y volver a palacio arrepentidos de lo que habían hecho, vieron que a lo lejos salía humo de algún sitio. Decidieron acercarse como última opción antes de volverse y vieron que se trataba de un pequeño pueblecito de unas 10 casitas. 

¡Estaban salvados! Pero… ¿cómo iban a hacer para vivir en aquel pueblecito sin que nadie se enterase de su secreto? Y, ¿cómo podían entrar en el pueblo con el abrigo de toda clase de pieles? ¡se iban a asustar! Así que intentaron quitarse el abrigo, pero como habían pasado tantos días con él puesto se les había quedado pegado y no podían quitárselo.

Eso no importaba ahora, estaban tan cansados y tenían tanta hambre que se acercaron al pueblo sin importarles que iban tapados con el abrigo de toda clase de pieles, sucios y malolientes, por lo que daban mucho miedo. Cuando llegasen a allí les verían que eran dos niños y les ayudarían a quitáselo.

Se fueron acercando poco a poco pero al verles llegar, los habitantes del pueblo se asustaron y cogieron sus escopetas pensando que se trataba de un animal salvaje muy raro muy raro que no habían visto nunca. 

Luna y Max, al verles armados se quedaron paralizados sin saber qué hacer.

- ¡Oh no!- dijo Luna susurrando a Max- se piensan que somos un animal salvaje, ¿qué hacemos?

- Cántales tu canción favorita-respondió Max- con la voz tan dulce que tienes se enamorarán de ti y dejarán que nos acerquemos sin dispararnos.

Y así fue, Luna comenzó a cantarles con su voz angelical la canción que su madre le cantaba cuando era pequeña. Los habitantes al oírla se quedaron parados, ¿cómo podía un animal cantar así de bien? Por lo que el policía del pueblo les ordenó que bajasen las armas para que Luna y Max pudiesen acercarse más.

Al llegar frente a ellos, los habitantes se dieron cuenta de que no eran un animal, sino dos niños tapados con un abrigo de diferentes pieles de animales, por lo que se tranquilizaron. Así, Luna y Max pudieron acercarse a ellos y explicarles que llevaban días atravesando el bosque buscando un sitio dónde vivir.

Los habitantes de ese pequeño pueblo les dijeron que podían quedarse allí si hacían algo por el pueblo y, después de pensar y pesar, Max y Luna tuvieron una idea: construirían una pequeña escuela para los niños del pueblo. Ellos eran los únicos que habían tenido maestra y sabían leer y escribir así que podrían enseñarles a los demás niños.

Los habitantes del pueblo se pusieron muy contentos de que sus hijos fuesen a aprender a escribir y leer, por lo que les dejaron quedarse en una pequeña casita que ya no usaba nadie para siempre. 

Y colorín colorado….éste cuento se ha acabado!!!!

Aspectos a comentar:

He adaptado el cuento para niños de 4 años y éstos son los cambios que he realizado al cuento original:

- En todo momento he seguido el tema del cuento con una introducción, un nudo y un desenlace, escribiendo una narración lineal que es más sencilla y apropiada para los niños.

- Le he dado nombres a los personajes para que los niños puedan seguir más fácilmente la lectura, para que puedan identificar mejor a los personajes.

- He adaptado el vocabulario a los niños.

- He cambiado algunos aspectos del cuento como que la reina muere o que el rey se casaba con su hija, ya que no me parecen aspectos para niños de infantil.

La verdad es que el repetir la actividad me ha ayudado a forzar mi imaginación y darle vueltas al tema. Pienso que lo cuentos son muy importantes tanto para los niños como para los adultos, creo que deberían estar en toda nuestra vida. También creo que las adaptaciones son importantes y que tod@ maestr@ debe ser capaz de adaptar historias. Los cuentos y las adaptaciones deben estar presentes tanto en las escuelas como en las casas, y todos deberíamos contarles cuentos a nuestros niños.

Fuentes consultadas:

      - Apuntes de la asignatura Literatura Infantil

- Adaptación del cuento por Irune: https://www.youtube.com/watch?v=hmG8g5KNXMc